sábado, 14 de noviembre de 2015

B.

Cada vez el mundo me demuestra más
la inexistencia existente de los románticos
en este mundo lleno de gilipollas y necios.

Se hace mucho más notable la falta,
la ausencia del brillo en tu mirada.

Ya no tengo claro a qué hombre
me refiero al señalar la tinta en mi corazón con su nombre.
Quizás ese escrito tantas veces,
quizás ese poco resistente.

Y lo bonito que quedaba su nombre a mi letra...
y lo bonito de mis 'te quiero' dibujados en su espalda,
lo magnífico de besar su sonrisa al despertar,
lo magnífico de su porte y elegancia al andar.

Vale, me gusta escribir sobre ti,
quizás algún día escriba sobre él
y te mueras de ganas por recibir un par de versos más.
Disfruta los que se agotan y te quedan.

Amor, ayer ibas muy... ya lo sabes,
siempre me has gustado cuando así te arreglas.
Y me moría de ganas de abrazarte por detrás
y tomarte otra vez el pelo, siendo tu "princesa".

Eh, cariño, dime qué ha pasado.
No sé cómo creíste mi última palabra.
Cambiaría mis heridas si pudiera, baladas
lloradas y a ver si así volvieras, aunque sea de pasada.

¿Qué más da si estoy lejos o cerca?
Cuanto más amas menos recibes tu parte,
es arte, amarte, hartarte hasta amarte,
a veces dudo de si nunca he sido nada,
tu odio no es mi odio, no te odio, sólo amaba.
Lo siento, nadie me ha enseñado a ser tu amigo
y amarte al mismo tiempo.
No es que me de igual perderte,
es que aunque no tergiverse tus palabras,
ya me lo dijiste bajando la mirada, fuiste tú el que me echaste.

Sigue ignorándome cuanto quieras,
pero no cambies, eres único, puro reto,
eres lo más bonito que he podido acariciar por completo,
quedarme horas enteras observando sin hartarme y desear siempre más,
e incluso aunque me mintieses afirmando que yo no te pertenecía y tú a mí sí,
convencerme que más mío que del resto del mundo sí lo eras.

Hoy te echo de menos. Un día de estos, el señor Bross hará dos años, cariño.
Algún día de estos, volverá a resaltar tu brillo.
Aunque lo niegues,
aunque no ruegues.

Porque aunque deba creerte, sigo rezándole al cielo,
que prefiero el fuego a que digas adiós.
Porque si no juegas con fuego acabarás convertido en hielo.

Y qué putada una vida sin ti.

Ne.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

...Esto.

Comencé a darme cuenta que ella se había vuelto una necesidad para mí. Lago esencial. Creo que me estaba enamorando de ella. Creo.
Yo para ella no era nada, nada ni nadie. Tal vez, si era un día con suerte era su amigo.
Ella para mí lo era todo. La figura ideal que definía belleza. Los ojos más bonitos que había visto nunca. Esa sonrisa. Esa sonrisa, que joder, me tenía loco.
La verdad es que te necesito. Aquí. A un par de centímetros. Y no ahí. A unos cientos de kilómetros.
Es frustrante. Es verdaderamente frustrante cando comienzas a sentir un cúmulo de sentimientos sin que haberla visto jamás. ¿Como pensar que vas a sentir algo por alguien que no conoces? Es simple. No piensas. El corazón hace lo que le da la puta gana. A su libre albedrío. 
Pero el tomar una u otra decisión. Me golpea de nuevo con una mayor o menos fuerza hasta que caigo al suelo. Rendido. Golpeado. Destruido. Roto.
Intento sacarte de mi cabeza y no sirve. Intento sacarte del corazón y no puedo. Te abres paso en lo mas profundo de mí y te vas a alojando en él sin permiso alguno.
Tú no haces nada. Pero yo me autodestruyo.
Te doy igual. Puedes vivir sin mí. Yo sin ti no quiero hacerlo.
Intento no hablarte. Estar distante o desaparecer de tu vista. Pero creo que no aguantar demasiado, hoy es la segunda noche y tiene pinta de ser una noche con un insomnio repleto de lágrimas observando todas y cada una de las fotografías en las que sales sonriendo.
Repito. Me autodestruyo.
Yo siempre estaré ahí para ti, tú solo a ratos.
                   
Yan. (SadBoy)